martes, 26 de julio de 2011

DESPEDIDA

Como todo en la vida comienza, también termina, se distancia o simplemente llega el momento en el que el camino de cada uno toma su dirección. 
Por tal motivo es que todo transcurrir de nuestro tiempo en éste camino que nos toca caminar y a su vez formar al que llamamos Vida, nos da la posibilidad de poder adquirir de todas esa cosas y personajes que nos acompañan en éste andar y a su vez nos dejan sus particularidades, las cuales nos nutren para poder seguir y crecer. 
Está en nosotros en que ese andar acompañado nos nutra y sepamos aprovechar dicho nutrir para poder hacer de éste camino no solo un sendero por donde deambular, y sí una dirección por donde seguir.
Porque no hay mejor recompensa que el saber que tu camino realizado es la dirección de muchos otros caminos, los cuales por falta de reconocerse todavía no supieron direccionar su necesidad.
Dentro de la desarraigada sensación de la división y separación de dos cosas que hasta éste momento fue una, se encuentra muy escondida en sí, pero no menos presente la gran satisfacción y regocijo de saber que hay alguien más, alguien con el cual te sentiste identificado, querido, escuchado, amado, etc., ponle el adjetivo que quieras, seguro que todos le van bien.
Porque cuando algo es incondicional, transparente y verdadero, no hay circunstancia, razón o motivo que pueda separar dicho sentir. Por más que los caminos se distancien los espíritus se mantendrán en sintonía, y eso es lo que hace tan cercano y liviano el distanciarse y tan sublime la ardua y dura la tarea de tener que despedirse de alguien, al que siempre en realidad nunca se irá de nosotros.

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